Retrato Miniatura sobre marfil

La técnica de pintura sobre marfil comenzó a desarrollarse en el siglo XVIII y se utilizó, principalmente, para miniaturas.

 

El tamaño de estas pequeñas obras depende del diámetro del colmillo que se cortaba. El grosor suele ser mínimo, consiguiendo una “transparencia” que era muy apreciada para trabajar las carnaciones.

El marco es importante para la conservación de una miniatura, ya que actúa de protección creando un ambiente estable. Se protegen con cristales cóncavos, denominados vidrios lupa, que generan un efecto de agrandar la miniatura.

En este caso, el marco aparecía roto por una inadecuada manipulación.

 

En la parte trasera aparecía pegado un papel manuscrito probablemente de la época. Por ello, decidió conservarse. Por suerte, el vidrio protector y el marfil no habían sufrido daños significativos.

El retrato, presentaba unas manchas producidas por la humedad. Ya que este tipo de obras se conservan con cristal, puede suceder, que se produzca una condensación de humedad que forme pequeñas gotas sobre el cristal que pueden afectar a la pintura, ya que los colores solían realizarse con pigmentos aglutinados con goma arábiga.

 

 

Tras limpiar todas las partes por separado, se arregló el pequeño marco de madera, el papel trasero, y se dejó montado de nuevo ya que esta es la mejor manera de conservar estas piezas.