Pintura sobre cobre: “Salomón y la Reina de Saba”

Las pinturas sobre láminas de cobre, tomaron en Europa  importancia durante los siglos XVI, XVII y XVIII.

Este novedoso recurso ofrecía a los hábiles artistas infinitas posibilidades. Los formatos eran por lo general pequeños (el caso que nos ocupa es una excepción por su tamaño), por lo que se hicieron fáciles de transportar, favoreciendo su comercio.

 

 

Esta pintura sobre cobre representa a la Reina de Saba ante el Rey Salomón, y esta atribuida a Frans Francken “El joven” (Amberes *1581 -1642)

El metal es otro soporte usado históricamente para pintar. Los metales más apropiados son el cobre, el zinc y el aluminio, pues otros como el hierro o el acero se corroen fácilmente. El problema del metal es que resulta caro, pesado y tiene esa tendencia a oxidarse. El cobre, en pequeñas láminas, se ha usado desde el siglo XVI, pintándose sobre él con óleo. De los maestros occidentales, quizá el más conocido pintor sobre cobre fue Adam Elsheimer.

La consecuencia más inmediata fue que a los pintores, particularmente los “de género”, les facilitó el trabajo en conjunto. Algunos se especializaban en temas relacionados con la fauna o la flora, dejando a otros la representación de los personajes, en especial en las obras de carácter mitológico. Probablemente por su textura y menor vulnerabilidad, muchos pintores lo prefirieron a los soportes tradicionales de lienzo o madera.

En cuanto a la calidad de la pintura, el nuevo material comenzó a revelar sus condiciones particulares. A diferencia de los otros soportes, al colocar la pintura sobre el cobre, ésta no se absorbe, condición que permite un trabajo más preciso y en el que a su vez se puede jugar con las sombras , las luces y los brillos, como si se tratara de verdaderas joyas. La pintura al óleo sobre cobre llegó a ser un ejercicio altamente estimado por las calidades que podían extraerse. A las delicadas texturas, tonos y trasparencias que permitía el medio se sumaba la firmeza del material. El dúctil metal facilitaba por lo demás la elaboración de novedosos formatos. De allí que sirviera para hacer medallones, tapas de cajas, regalos variados para la nobleza y el clero y objetos de culto de caprichosos diseños.