Este colgante y el anillo que lo acompaña, salieron de una misma pieza.
Ambas piedras, formaban parte de un colgante y estaban unidas por una resina que hacía las veces de asa para colgarse en una cadena o cordón.
Una vez separadas, se comprobó que se trataba de dos piedras. Se planteó hacer con ellas dos piezas, el colgante y un anillo.
El colgante se diseñó en plata. La piedra queda sujeta por un óvalo de plata que la rodea en su perímetro. Unas formas vegetales, de estilo art-noveau, la cubren por delante, en su cara curva, y montándose sobre el óvalo, suben ligeramente por la parte trasera de la piedra en cabujón (faceta plana).
Por otra parte, la piedra pequeña, también en cabujón, se colocó en una corona de plata abierta por la parte trasera para dejar pasar la luz. Un hilo que da una vuelta completa, conforma el aro.