Este paisaje con figuras de Joaquín Sorolla, es un ejemplo de conservación preventiva, ya que, si bien no existían daños evidentes, el propietario había observado que la tela se había destensado.
Esto puede provocar líneas de tensión en el lienzo, marcas del bastidor en el mismo, o, en el peor de los casos, el desprendimiento de fragmentos de película pictórica.
La obra representa un paisaje donde dos mujeres recostadas observan una figura masculina, que toca una flauta, semejante a un fauno, (aunque los miembros inferiores son humanos).
En la esquina inferior izquierda presenta la firma de Sorolla, artista valenciano de la segunda mitad del siglo XIX, uno de los más reconocidos y también de los más prolíficos con 2.200 obras catalogadas.
Joaquín Sorolla alcanzó cierta fama y prestigio como pintor. En sus estancias en París desarrolló el luminismo, característico de su obra. Comenzó a pintar al aire libre, dominando con maestría la luz y combinándola con escenas cotidianas y paisajísticas.
La técnica utilizada es el óleo sobre lienzo. El tejido apenas tiene preparación y el óleo está aplicado con una técnica muy suelta, empleando el empaste para resaltar el verde de la vegetación.
Debido al buen estado de la tela, sólo se corrigieron los bordes en sus dobleces para proceder al tratamiento. Por esto mismo, sólo fueron necesarios unos bordes añadidos, ya que los originales son insuficientes para tensar el lienzo.
El bastidor presenta ensambles y cuñas, pero aquellos ya están abiertos en su totalidas , con lo que es imposible tensar más el tejido.
La pintura se encuentra en perfecto estado de conservación, tiene un barniz que no ha amarilleado y no oculta el color del óleo. Sí se puede observar un parche en la parte trasera, muy bien disimulado tanto por el reverso como por el anverso.
Para estos bordes, se empleó un tejido de lino previamente fatigado que fue desflecado. Como adhesivo y capa de intervención, se empleó un film de resina termoplástica. Esta actuación es perfectamente reversible, y permite los movimientos naturales del tejido.
Por el mismo motivo de respetar el original, se empleó el bastidor que traía la obra.
Dado el buen estado de la pintura, nos limitamos a una limpieza del polvo superficial y a refrescar el barniz.
Esta intervención preventiva, ha evitado futuros daños que podían haber provocado problemas de más difícil resolución y mayor coste.