En este marco los movimientos de la madera provocaron que en algunas zonas el estuco se hubiera levantado e incluso caído, provocando grandes lagunas especialmente en el travesaño vertical izquierdo. En otros puntos, el estuco y el oro aparecían en buen estado.
La madera se encontraba en buen estado de conservación. No presentaba ataques de insectos xylófagos ni de hongos. Tampoco presenta grietas ni roturas apreciables.
Las maderas que sujetaban la luna antigua, sí estaban alabeadas debido a que eran más finas y de peor calidad y poco trabajadas.Estas se eliminaron para ser sustituidas por algo menos pesado. El remate superior estaba muy dañado. Se había fragmentado por diferentes sitios. Algunos trozos estaban desprendidos, y otros se mantenían gracias a la estructura de alambre interior.
Los movimientos de la madera provocaron que en algunas zonas el estuco se hubiera levantado e incluso caído, provocando grandes lagunas especialmente en el travesaño vertical izquierdo. En otros puntos, el estuco y el oro aparecían en buen estado.
El pan de oro está muy desgastado en algunas zonas, en especial en el travesaño inferior, pudiendo apreciarse el tono rojizo de la arcilla ( bol), que se emplea en el proceso de dorado al agua. Este desgaste le otorga a la pieza una bonita pátina.
Toda la pieza presentaba una capa de suciedad superficial. La luna de espejo es la original. Se encuentra en muy buen estado de conservación.
Mediante el sentado de color, se fijó el oro a la base, evitando su desprendimiento. Se revisaron y arreglaron todas las estructuras metálicas que conforman el “esqueleto” de los elementos decorativos. Para recolocar todos los fragmentos fue necesario irlos ubicando con una masilla temporal.
Una vez colocadas todas las piezas en su sitio, se fueron adhiriendo y se reforzaron en la parte trasera. Se realizó la reintegración volumétrica con resinas.Algunos motivos vegetales faltaban y fue necesario realizar dos moldes para reproducirlos. Después se colocaron aprovechando los alambres originales y con los materiales anteriormente reseñados.
Tanto las lagunas en el oro, como las piezas nuevas, se prepararon con aparejo, empleando un estuco tradicional. En la superficie, se realizó una limpieza suave empleando métodos químicos y mecánicos combinados.
En el reverso, además de limpiar químicamente, fue necesario lijar suavemente la superficie de la madera. Sobre esta se aplicó un producto preventivo del ataque de insectos y hongos.
Para reintegrar el oro, se empleó pan de oro fino (triple italiano) con una técnica distinta a la original, dorado al misticón. El oro nuevo destaca del antiguo, por ello, fue necesario “desgastarlo” y patinarlo. La trasera del remate superior y los laterales se colorearon con el tono original que presentaban.
Para colocar la luna, se utilizó un tipo de adhesivo de gran adherencia y resistencia (lento envejecimiento), que absorbe las vibraciones protegiendo de esta manera el espejo.
Como ya se señaló anteriormente, se cambió la trasera de trozos de madera, por una más ligera de DM fino, colocada con puntas.
Para garantizar el buen acabado y conservación del marco, se empleó goma laca.