“Fiesta en el estudio de Muñoz Degrain” Francisco Domingo

El original de esta obra se encuentra en el museo del Prado, y presenta bastantes diferencias con el que nos ocupa, lo que nos lleva a pensar que pudiera tratarse de un “trabajo-copia” de algún artista o estudioso de las técnicas de pintura.

Breve introducción a la obra

Este cuadro presenta en el reverso el título y el autor de la obra: “fiesta en el estudio de Muñoz Degrain” Francisco Domingo.

El original de esta obra se encuentra en el museo del Prado, y presenta bastantes diferencias con el que nos ocupa, lo que nos lleva a pensar que pudiera tratarse de un “trabajo-copia” de algún artista o estudioso de las técnicas de pintura.

Se trata de una escena costumbrista en la que una joven toca el piano en la zona de la izquierda acompañada por dos muchachas que cantan en primer plano, de espaldas al espectador. En el fondo un hombre escucha la música mientras una pareja flirtea a su lado. El escenario está dominado por el paisaje pintado por Muñoz Degrain, en cuyo estudio tiene lugar la acción.

La técnica utilizada es el óleo sobre lienzo. El tejido no tiene preparación y el óleo está aplicado con una técnica muy suelta, de pinceladas prácticamente abocetadas.

Estado de conservación

El lienzo se encontraba completamente deformado debido a la oxidación de las fibras que habían provocado que el lienzo perdiese su elasticidad original.

A esto se sumaba que los bordes del lienzo se habían separado del bastidor por la oxidación de los clavos de sujeción. Esta oxidación ha dañado el tejido.

El tejido presentaba dos roturas de importancia en sentido vertical, con restos de adhesivo nitrocelulósico.

La película pictórica aplicada sobre el tejido directamente, se había desprendido en algunas zonas originando pequeñas lagunas.

También se pudieron observar pequeñas faltas de pintura en las líneas de rotura.

La obra ya había sido tratada. Presentaba una gruesa capa de barniz y múltiples retoques de color.

Tras el tratamiento

El lienzo, una vez hidratado, eliminadas las deformaciones, y con parches en las roturas y bordes para tirar, se colocó en el bastidor. Se optó por este tratamiento, ya que la tela está firmada por detrás, y era importante conservar esta firma vista.

Se limpió la película pictórica, respetando la pátina. También se eliminaron los retoques de color antiguos, que cubrían, en gran medida, la pintura original.

Se nivelaron y reintegraron las faltas de la película pictórica, empleando una técnica diferenciadora con el original, en este caso el punteado.

Se protegió con un barniz sintético satinado aplicado en spray.