Antonio de Sisteré. Muchacha con Flores.

Este cuadro, obra de Antonio de Sisteré, presentaba graves problemas de conservación provocados por una antigua intervención. Analizada esta con luz ultravioleta,entre otras técnicas,  fue necesario eliminarla para asegurar el mantenimiento de la pieza.

El cuadro, que representa un personaje femenino en primer plano, es una imagen costumbrista del s. XIX.
La obra aparece firmada y dedicada en la esquina inferior derecha. En la firma se puede leer A. de Sisteré. En la dedicatoria “ A S.A.J.R. Príncipe Don Felipe de Borbón de su …”

No es objeto de este informe asegurar la autenticidad de la firma, pero, tras realizar los pertinentes estudios con luz Ultravioleta, sí se puede deducir que la dedicatoria y la firma no parecen ser contemporáneas, y que la firma no está completa, ya que en esta zona el cuadro está muy retocado.

De hecho la contemporaneidad de ambas inscripciones incurriría en un error cronológico, ya que la firma parece referirse al actual príncipe de Asturias, siendo el autor de la obra de la segunda mitad del siglo XIX. Antonio de Sisteré Hernández, nació en Reus en el año 1854. Su coincidencia en el tiempo con numerosos y notables pintores catalanes de la época como Mariano Fortuny, José llovera, Joaquín Tapiró y Baldomero Galofre, han provocado que su figura quedará eclipsada.

Estudió desde los trece años en la escuela de bellas artes de San Fernando de Madrid, donde entabla amistad con Ricardo de Madrazo, a través del que conocerá a su paisano Mariano Fortuny que va a influir en el notablemente.
La técnica utilizada es el óleo sobre lienzo. El tejido presenta una ligera preparación y aquel está aplicado en una capa relativamente gruesa.

La obra presentaba una importantísima intervención anterior que perjudicaba seriamente su estado de conservación. Se había colocado una tela de trama muy abierta adherida con cola blanca. Esto producía una rigidez que no permitía el tensado del lienzo original, encontrándose el cuadro abombado y sin elasticidad alguna.

También, es muy probable que en esta intervención antigua se perdiese parte de la firma y la fecha del autor, ya que la firma que se observaba en el lienzo antes de la intervención era en parte un repinte (solo quedaba un resto de su inicio), pero el hecho de que en la restauración se pusiese completa nos hace pensar que antes de esta pudieran verla y tras eliminarla por error, decidieran reponerla.

El tejido, un lino, se encontraba deformado debido a la oxidación de las fibras que han provocado que el lienzo pierda su elasticidad original. La rigidez del lienzo original y su grave deterioro debieron provocar diferentes roturas en el mismo, lo que condujo a la intervención consistente en forración, que pudimos ver en el cuadro.

Los bordes del lienzo se encontraban en muy mal estado, muy rotos y castigados, lo cual hace imposible tensar el lienzo.
Con el estudio con luz Ultravioleta se pudieron localizar los repintes que cubrían sendas roturas, casi todas ellas eran líneas longitudinales. Este tipo de roturas se suelen producir en tejidos muy debilitados por la oxidación de las fibras y que se rasgan como si de un papel se tratase.

El bastidor, de madera de pino, se encontraba en un aceptable estado de conservación. Presenta ensambles y cuñas. Se respetó. La película pictórica está aplicada sobre el tejido directamente. Por este motivo, se han producido craqueladuras en la misma y se pueden observar algunas faltas porque se ha desprendido, especialmente en la parte baja donde el repinte era exageradísimo, aplicado este sobre una base de aparejo grisáceo muy plasticoso.

Presentaba capa de barniz en buen estado de conservación.

Para su restauración, se protegió la película pictórica mediante empapelado. Tras identificar el adhesivo con que se había colocado el tejido de forración, se procedió a su eliminación. El trabajo fue lento y delicado, ya que en las roturas antiguas había más cantidad de adhesivo.

Tras eliminar completamente el tejido de forración, se pudo observar que el lienzo presenta dos tiras añadidas arriba y abajo. Parece que se cortó y posteriormente se volvieron a añadir empleando un trozo de cinta de tela en la parte posterior que ha sido respetada.

Debido a que la tira inferior corresponde con la firma, podría conducir a dudas sobre la autoría, si bien, se comprobó que el tejido de estas tiras es el mismo que el original del resto del cuadro.

Se trató el lienzo para eliminar estas deformaciones, hidratando las fibras y consiguiendo devolverle parte de su elasticidad y movimiento natural.

Determinados abultamientos y marcas no se pudieron eliminar, pues están provocados por la propia pintura y, como ya se ha comentado, por la forración de la intervención anterior.

Debido a la extremada fragilidad de la tela, las deformaciones de la misma y por las roturas que se veían tras eliminar los parches se optó por la forración del lienzo.

Esta forración es perfectamente reversible, y permite los movimientos naturales del tejido.Se colocó el lienzo en su bastidor, tras reajustar los ensambles y colocando de nuevo las cuñas para permitir su tensado. Con luz ultravioleta, como ya se ha comentado anteriormente, se pudo comprobar que la película pictórica presentaba repintes. Se realizó una limpieza de tipo químico muy suave empleando métodos mecánicos de modo puntual. Tras cubrir las faltas de pintura, se procedió a la reintegración cromática empleando colores al barniz.La técnica de reintegración empleada fue el punteado.